Emisora Vida Nueva

sábado, 15 de marzo de 2014

El Valor de Una Sonrisa


El corazón alegre
hermosea el rostro
Provebios 15:13


El mundo es como un espejo:si le muestras mala cara,te pondrá mala cara; sonríe, y te sonreirá.
—HERBERT SAMUELS

Una sonrisa es una luz en la ventana del alma que indica que el corazón está en casa.
ANÓNIMO

La sonrisa es el alumbrado de la cara y la calefacción del corazón.
--BÁRBARA JOHNSON

Si no empleas tu sonrisa, eres como un hombre con un millón de dólares en el banco y sin chequera.
—LES GIBLIN

Casi toda sonrisa es producto de otra sonrisa.
—FRANK A. CLARK

Cuando sonreímos a alguien, nueve de cada diez veces nos devuelve la sonrisa; o sea que en definitiva son dos las personas a las que comunicamos alegría y cuya existencia mejoramos.
—ANÓNIMO

Aunque hay cientos de idiomas en el mundo, una sonrisa los habla todos.
 —ANÓNIMO

Las sonrisasson el lenguaje del amor.
—DAVID HARE

Una sonrisa vale mil palabras.
—ANÓNIMO

Sonríanse unos a otros. Sonrían a su esposa, a su marido, a sus hijos, a quien sea. Sonreír nos ayuda a crecer en amor por los demás.
—MADRE TERESA

Nadie necesita tanto una sonrisa como quienes no tienen ninguna que ofrecer.
—ANÓNIMO

Preséntate con una cara alegre. Es tu vitrina, tu escaparate, tu mejor publicidad.
 DAVID BRANDT BERG

Las arrugas deberían ser simplemente la huella de las sonrisas.
—MARK TWAIN

Lo que en verdad más contribuye a darle sentido a la vida, lo que menos cuesta y más valees una grata sonrisa. Contiene bondad ycortesía mezcladascon amor humano. Vale más que un millón de dólares, y no cuesta ni un centavo.
—WILBUR D. NESBIT

Las sonrisas tienen el mismo efecto en la humanidad que el sol en las flores.
—JOSEPH ADDISON

Si luces una sonrisa, tendrás amigos; en cambio, si andas con el ceño fruncido, no tendrás más que arrugas. ¿Para qué estamos si no para hacerles la vida más llevadera a nuestros semejantes?


—GEORGE ELIOT

Sonríe. 
Es una terapia
gratuita.
—DOUG HORTON.


 

viernes, 14 de marzo de 2014

Tips Para la Vida

Escrito por Regina Brett, 90 años, de "The Plain Dealer", Cleveland, Ohio para celebrar la llegada a mi edad avanzada escribí unas lecciones que me ha enseñado la vida.
Peter Ilich Tchaikovski, músico ruso (1840-1893). La música que se presenta aquí es una de las partes más dramáticas del ballet y corresponde a la escena del encantamiento. 

  • La vida no es justa, pero aún así es buena. 
  • La vida es demasiado corta para perder el tiempo odiando a alguien. 
  • Tu trabajo no te cuidará cuando estés enfermo. 
  • Tus amigos y tu familia sí. 
  • Mantente en contacto. 
  • No tienes que ganar cada discusión. 
  • Debes estar de acuerdo en no estar de acuerdo. 
  • Llora con alguien. 
  • Alivia más que llorar solo. 
  • Cuando se trata de chocolate, la resistencia es inútil. 
  • Haz las paces con tu pasado para que no arruine el presente. 
  • No compares tu vida con la de otros. 
  • No tienes ni idea de cómo es su travesía. 
  • Si una relación tiene que ser secreta, mejor no tenerla. 
  • Respira profundamente... Eso calma la mente. 
  • Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o alegre. 
  • Lo que no te mata, en realidad te hace más fuerte. 
  • Nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz. 
  • Pero la segunda sólo depende de ti. 
  • Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no aceptes un "no" por respuesta. 
  • Enciende las velas, utiliza las sábanas bonitas, ponte la lencería cara. 
  • No la guardes para una ocasión especial. 
  • Hoy es especial. Sé excéntrico ahora. 
  • No esperes a ser viejo para serlo. 
  • El órgano sexual más importante es el cerebro. 
  • Nadie es responsable de tu felicidad, tan sólo tú. 
  • Enmarca todo supuesto “desastre” con estas palabras: “En cinco años, ¿esto importará?” Perdónale todo a todos. 
  • Lo que las otras personas piensen de ti, no te incumbe. 
  • El tiempo sana casi todo. 
  • Dale tiempo al tiempo. 
  • Por más buena o mala que sea una situación, algún día cambiará. 
  • No te tomes tan en serio. 
  • Nadie más lo hace. 
  • No cuestiones la vida. 
  • Sólo vívela y aprovéchala al máximo hoy. 
  • Llegar a viejo es mejor que la alternativa... morir joven. 
  • Lo único que importa es que al final hayas amado. 
  • Sal todos los días. 
  • Los milagros están esperando en todas partes. 
  • Si juntáramos nuestros problemas y viéramos los montones de los demás, querríamos los nuestros. 
  • La envidia es una pérdida de tiempo. 
  • Tú ya tienes todo lo que necesitas. 
  • Lo mejor está aún por llegar. 
  • No importa cómo te sientas... arréglate y preséntate. ¡Cede! 
  • La vida no está envuelta con un lazo, pero sigue siendo un regalo. 

Y TUVE QUE ACEPTAR

Que no sé nada del tiempo…que es un misterio para mí… y que no comprendo la eternidad… 

Yo tuve que aceptar, que mi cuerpo nunca sería inmortal, que él envejecería y un día se acabaría. Que somos hechos de recuerdos y olvidos; deseos, memorias, residuos, ruidos, susurros, silencios, días y noches, pequeñas historias y sutiles detalles. 

Tuve que aceptar que todo ello es pasajero y transitorio. Y tuve que aceptar, que vine al mundo para hacer algo por él, para tratar de dar lo mejor de mí, dejar rastros positivos de mis pasos, en el momento de partir. 

Yo tuve que aceptar que mis padres no durarían para siempre, y que mis hijos poco a poco escogerían sus caminos y proseguirían ese camino sin mí. Y tuve que aceptar que ellos no eran míos, como suponía, y que la libertad de ir y venir, es un derecho de ellos también. 

Yo tuve que aceptar que todos mis bienes me fueron confiados en préstamo, que no me pertenecían y que eran tan fugaces como fugaz era mi propia existencia en la tierra. Y tuve que aceptar que los bienes quedarían para uso de otras personas cuando yo ya no esté por aquí. 

Yo tuve que aceptar que todos mis bienes me fueron confiados en préstamo, que no me pertenecían y que eran tan fugaces como fugaz era mi propia existencia en la tierra. Y tuve que aceptar que los bienes quedarían para uso de otras personas cuando yo ya no esté por aquí. 

Yo tuve que aceptar que lo que yo llamaba “mi casa” era sólo un techo temporal, que un día más, un día menos, sería el abrigo terrenal de otra familia. Y tuve que aceptar que mi apego a las cosas, sólo apresuraría aún más mi despedida y mi partida. Yo tuve que aceptar que los animales que quiero, y los árboles que yo planté, mis flores y mis aves, eran mortales. Ellos no me pertenecían. Fue difícil, pero yo tuve que aceptar. 

Yo tuve que aceptar mis fragilidades, mis límites, y mi condición de ser mortal, de ser efímero, de ser pasajero. 

Yo tuve que aceptar para no perecer. Yo tuve que aceptar que la vida siempre continuaría conmigo o sin mí, y que el mundo en poco tiempo me olvidaría. Humildemente confieso que tuve que librar muchas guerras dentro de mí. 

Yo me rendí y acepté lo que tenía que aceptar. Aceptar para dejar de sufrir, para lanzar fuera mi orgullo y mi prepotencia y para volver a la simplicidad de la naturaleza, que trata a todos de la misma manera, sin favoritismos. 

Y tuve que aceptar que no sé nada del tiempo y que es un misterio para mí. Que no comprendo la eternidad y que nada sabemos sobre ella. 

¡Tantas palabras escritas desde el principio, tanta necesidad de explicar, entender y comprender éste mundo y la vida que en él vivimos! 

Yo tuve que desarmarme y abrir mis brazos para reconocer la vida como es, que todo es transitorio, y que sólo funciona mientras estemos aquí en la tierra. 

¡Eso me hizo reflexionar y aceptar, para alcanzar la paz tan soñada! 

 Autor: Silvia Schmidt “Yo tuve que aceptar” 
Septiembre 24, 2013